El oficinista y el stripper
Me tiembla la mano, siento miedo, no quiero enviar ese mensaje, después de que lo haga los meses de trabajo se irán a la basura.
“De verdad lo siento, me agradas mucho, pero no me siento listo para una relación. Esas veces que tuvimos sexo fueron lo mejor. Por favor no me odies.”
Leo el mensaje por última vez antes de darle a enviar. Guardo mi teléfono y me recargo sobre la banca de acero.
¿Por qué soy tan cobarde? Tarde o temprano vas a tener que salir del closet Brandon. Doy un fuerte suspiro y observo lo solitaria que está la parada del autobús.
Los únicos aquí somos yo y ese otro chico sobre su motocicleta, al parecer se detuvo a revisar su teléfono.
El sonido de un carro derrapando me sacó de mis pensamientos. Una camioneta blanca se detuvo enfrente de la estación. Mis instintos en ese momento se volvieron locos, una camioneta de esas características se detiene de golpe en una zona en donde apenas hay personas, eso es la señal de peligro más obvia.
La puerta se abrió y el fondo era muy oscuro. Me paré de inmediato y traté de salir de allí. Mire al chico de la motocicleta y traté de decirle que se fuera, pero no despegaba su mirada del teléfono. De la camioneta salió un brillo azul que me dejó inmóvil, el chico también lo miro y al parecer sufría lo mismo que yo.
Me comencé a sentir mareado, tan fuerte fue la sensación que parpadeaba para poder aguantar. Un fuerte chirrido alteró todos mis sentidos llegando al punto en el que deje de sentir cualquier cosa. Moví cualquier parte de mi cuerpo para evadir esa sensación, pero fue inútil, ya no sentía nada incluso el mareo se fue.
Es como si estuviera en un sueño, mis sentidos apenas si pueden apreciar el gran muro de ladrillo por el cual estoy cayendo. Por un momento una silueta ascendió de la misma forma en la que estoy cayendo, pude captar que tenía una camisa negra como la de aquel chico… es verdad, que habrá pasado con él, ¡Qué cosas piensas! Ni siquiera sabes que te está pasando.
Una fuerte impresión se apoderaba de mí, finalmente terminé de caer y la percepción fue tan memorable, fue como cualquier sueño en el que caes y cuando lo haces te despiertas alterado. Abrí los ojos con impacto e inhalé de forma agresiva, como si todo el aire del mundo entrara en mis pulmones.
El fuerte sonido de una puerta cerrándose y un carro acelerando me forzó a reincorporarme. La camioneta blanca se iba a toda prisa, lo cual me tranquilizó, por lo menos no me hicieron nada, pero, ¿En dónde está el chico?
Mire mis manos, se sentían extrañas, casi como si un fueran mías. Gire hacia abajo y por alguna razón estaba montado en una motocicleta. ¿Qué demonios esta pasando?
Mi vista se desplazó hacia todos lados buscando a aquel chico, pero lo que vi fue algo que me hizo entrar en pánico. Yo estaba sentado en el banco justo en donde recuerdo haber estado. Esto era tan irracional, una copia de mi se estaba moviendo y explorándose.
Fue cuando entendí algo, use el retrovisor para ver mi cara y confirme mis sospechas… estoy en el cuerpo del chico.
─Amigo tú cara se me hace conocida ─escuchar mi propia voz decir algo me estremeció─ Esto es raro.
Quería gritar, llorar, buscar ayuda, lo que sea. ¿Cómo es posible que hallamos intercambiado cuerpos?
Pasó un rato para que me tranquilizara, pero cada vez que veía a mi propio cuerpo moverse sin que yo lo estuviera manejando hacía que mis nervios se pusieran tensos.
Cuando pudimos entablar una conversación descubrí varias cosas, el nombre de este chico es Oliver, se había detenido en la estación ya que recibió una llamada, no tenía ni idea de quiénes eran esos sujetos de la camioneta y lo que más me sorprendió saber es que fuera stripper.
Después de muchas idas y vueltas llegamos a un acuerdo. La camioneta tuvo algo que ver y la buscaríamos para que nos cambiaran de vuelta, pero mientras eso pasa. Llevaríamos la vida del otro, nadie creería que dos hombres intercambiaron cuerpos por el rayo misterioso que salió de una camioneta.
Brandon POV
Pasé las últimas horas con la mente apagada, no quiero pensar en la situación que estoy, pero ya no puedo evitar más la realidad, debo cumplir mi parte y manejar la vida de Oliver.
Abro la puerta trasera del lugar y veo un estrecho pasillo iluminado con una luz neón muy tenue. A la mitad se encuentra otro chico que me saluda con la cabeza cuando paso junto a él.
Entro a la habitación que indica el mensaje, rezando para que no hubiera nadie, pero parece que el destino hoy está en mi contra. Otros dos chicos están hablando, todo parece normal excepto por una cosa, los dos están casi desnudos, solo usando una trusa para ocultar esa parte. Trago saliva al ver esos cuerpos tan definidos y esbeltos. Siento como mi entrepierna se despierta lentamente.
─Justo de quien hablamos ─el más velludo apagó su cigarro─ Hubo un cambio de planes eres el número dos.
¿Número dos? Que quiere decir con eso. Checó las notas, pero no veo que mencione nada de eso.
─¿A qué te refieres? ─escuchar una voz diferente, me hizo retroceder. Aún no me acostumbro a este cuerpo.
Que eres el segundo en entrar, el idiota de Luis no va a venir así que nos recorriendo un número. ─el chico salió de la habitación, no sin antes, darme una barrida con los ojos y morderse el labio.
Decidí ignorar eso y seguí con las indicaciones que me dio Oliver. Fui directo a su casillero y vi las notas.
“Adentro está lo que te vas a poner hoy, úsalo y ve a mover ese trasero”
Ese es el final del mensaje, doy un suspiro y le doy un vistazo a lo que está dentro del casillero.
─¡No me pienso poner esto! ─exclamé tan fuerte que el otro chico aún en la habitación no dudó en mirarme.
Con solo mirar ese color verde me dieron ganas de abandonar todo e irme a casa.
─Oye date prisa ─me recalca el chico─ eres el siguiente en salir.
Mis nervios se tensaron y rechiné los dientes. Tranquilo, dije para mí. Si no haces esto, él no llevará mi vida como quiero. A regañadientes entró al vestidor y cerrando los ojos me quito toda la ropa. Los abro un poco para ver cómo ponerme esta cosa, pero me quedo hipnotizado al ver el cuerpo de Oliver, o mejor dicho, mi cuerpo.
Que lindo pene, pienso mientras me sonrojo. No puedo evitar tocarlo, está erecto y que estuviera depilado solo provocó que no dejara de mirar. Tocó mi pecho con suavidad y juego un poco con mis pezones.
Me dejé llevar por el momento y los apreté con fuerza, lo que terminó con un gemido de mi parte. No pensé que fueran tan sensibles. Llevé mis manos a esos bíceps definidos y les di un apretón, mi instinto salvaje salió y les di una mordida.
Baje mis manos a mis piernas y las acaricie de abajo hacia arriba pasando por todo ese vello. Cuando llegué a mi entrepierna toqué mis bolas y se sentían tan redondas, tan llenas. No podía pedir nada más del cuerpo de Oliver, de mi cuerpo.
El golpeteo intenso de la puerta hizo que reaccionara.
─¡Apúrate ya van a terminar el primer número─ el otro chico se escuchó furioso.
Terminé de ponerme esa cosa y me mire en el espejo tratando de hacer una cara sexy, lo cual no funcionó.
Me apresuré en llegar al escenario y al parecer llegué justo a tiempo. El otro chico velludo acababa con su show. Cuando me vio se detuvo de golpe y me dio otra mirada de arriba abajo.
─Que buen disfraz escogiste hoy ─me susurró al oído mientras apretaba mi entrepierna─ Búscame en mi casa cuando salgas.
Me sonrojé de nuevo, traté de gesticular alguna palabra pero solo eran balbuceos. Me concentré de nuevo y con la determinación que un hombre puede tener de un cuerpo que no es suyo, salí al escenario.
Mis oídos se detuvieron cuando un gran grito en grupo me aturdió. Mis ojos se movieron por todos lados para ver a todos los hombres esperando que hiciera mi espectáculo.
Me acerqué al centro y comencé a bailar de la forma más patética posible, pero al parecer les agradaba. Lo único que hacía era mover mi trasero, se sentía tan genial que todos me miraran por eso. Me acerqué a uno de los hombres y le restregué muy cerca de su cara todo mi paquete, el hombre puso dinero en mi poca vestimenta y casi siguiendo el ejemplo todos los demás lo hicieron.
Me acerqué a otra persona, pero me quedé helado al ver que lo conocía. Era mi jefe y por su cara pude saber que estaba disfrutando de mi cuerpo. Tomé un suspiro y le arrastré todo mi trasero por su cara. Sentí como todas mis frustraciones del pesado trabajo que me hacía hacer salían.
Nunca me había sentido así, toda esa adrenalina esparcida por todo mi cuerpo, mi semen a punto de salir al dejar que tantos hombres me tocaran y sobretodo, tener de vista este cuerpo tan definido, hacían que todo esto pareciera un sueño.
Sentí un enorme placer y la gente se dejó venir contra mí. Sin duda uno de los mejores momentos de mi vida.
Oliver POV
Qué ascensor tan más lento, pienso. No puedo creer que ahora tenga que trabajar en una oficina, eso es tan… emocionante. La última vez que tuve un trabajo así aún estaba en la preparatoria. Aún no puedo creer que esto esté pasando.
Ayer me la pase explorando este cuerpo, me masturbe tantas veces que me duele un poco todavía. Pensé que sería más difícil acostumbrarme a este cuerpo, pero no fue así. Lo único complicado hasta ahora es acostumbrarme a la estatura de este osito, es lo único que extraño de mi cuerpo.
Por fin el asesor llegó a mi piso, revisó el mensaje con las indicaciones que me dio Brandon.
“Busca mi área y siéntate en el primer lugar vacío que encuentres”.
¿Qué especifico?, pienso con ironía. Uso el espejo del elevador para verme, estos lentes ocultan muy bien mis ojeras, casi no pude dormir por el calor que sentía, debe ser culpa de este cuerpo.
Busco un baño para poder cambiarme de ropa, tengo que vestir formal en la oficina, eso me esta emocionando mucho, ya estaba un poco harto de usar esos trajes exhibicionistas.
Empujo la puerta del baño, pero alguien se me adelantó y la abrió desde el otro lado.
─Buenos días Brandon ─un señor de mediana edad me saluda, mientras me mira de pies a cabeza─ ¿Vas a cambiarte?
Afirmo y la respuesta del viejo gruñón es negar con la cabeza, como si estuviera haciendo algo mal. Decido ignorarlo y seguir con lo mío. Me quito mi ropa quedando solo en calzones, momento que aprovechó para explorar un poco más.
No puedo parar de hacerlo, este cuerpo de osito es tan caliente, me gusta mucho lo tonificado que están sus brazos y sus piernas. Le doy un fuerte apretón a mis piernas y mi pene comienza a subirse.
Decido tranquilizarme, ya que toda la oficina vería mi erección. Termino de colocarme la ropa formal y voy a mi puesto de trabajo. Saludo a unas cuantas personas y me dispongo a trabajar usando las notas que me dio Brandon.
La hora de la comida llegó, pero prefiero quedarme a acabar los pendientes, aún no los termino de entender por completo. Los únicos que quedamos en la oficina somos el jefe y yo.
Doy un fuerte suspiro y uso mi silla para estirarme. No recordaba lo estresante que era esto. Doy una mirada hacia abajo para ver mi ropa de oficinista, parezco un niño disfrutando esto. Bajo mis manos hasta llegar a mi entrepierna y darle un apretón.
Miro hacia todos lados para revisar que no halla nadie, veo de reojo a mi jefe, pero se encuentra hasta el otro lado de la oficina no creo que me vea. Quito el cinturón y bajo mis pantalones hasta mis rodillas. Mi pene se puso erecto rápidamente, lo cual fue bueno ya que no tenía mucho tiempo.
Lo acaricié con cuidado y jugué un poco con la punta. Adoro esta parte, toque mis bolas con suavidad y un estímulo de placer pasó por todo mi cuerpo. Mi respiración se acelera a tal punto que cualquier cosa que saliera de mi boca sonaba como gemido.
Pase una de mis manos por mi pecho y panza tratando de aumentar el placer. Cuando llegué a los pezones los apreté con fuerza, pero apenas si sentí algo. Una cosa más que extraño de mi cuerpo.
El momento fue interrumpido por la presencia de alguien acercándose, todo pasó tan rápido que tuve que cubrirme con algunas hojas del escritorio.
─¿Tienes las estadísticas Brandon? ─mi jefe entró y se acercó demasiado.
Me puse tan nervioso que no escuché lo que dijo.
─Me repite─ dije tartamudeando.
─Qué si tienes las estadísticas, las necesito para completar.
─Si, claro ─tragué saliva y recorrí mi silla para tratar de cubrirme con el escritorio, pero me salió mal, algunas hojas cayeron. Si no fuera por el escritorio se notaría que no tengo los pantalones puestos.
Mi jefe se agacho para recoger las hojas y entre en pánico porque estaba muy cerca de mí. Suspire cuando puso las hojas en su lugar y me pidió las estadísticas de nuevo. Las saqué rápidamente y se las di.
─Bien, creo que con esto tendré tiempo de ir a comer ─¿Por qué sigue hablando? Quiero que se vaya─ Pero en esta ocasión creo que comeré otra cosa.
¿Eh?, esas palabras me confundieron por un momento. Mi jefe movió el escritorio y con el aire del movimiento las pocas hojas que quedaban cayeron.
Estaba completamente paralizado. Sin duda despediría a Brandon, ¡Oh dios!, mi primer día siendo él y ya lo arruiné.
Levanté la vista para ver la cara del que sería mi ex jefe, pero vi algo que no esperaba. Estaba sonrojado, verlo así provocó lo mismo en mí.
─¿Puedo? ─estaban tan asustado que por inercia dije que sí.
Verlo agacharse, para probar mi pene, fue tan irreal. Pero todo esto es irreal. Estoy en el cuerpo de un desconocido que vi en la estación de autobuses y el jefe de este desconocido me está haciendo la mejor mamada de mi vida. Para este punto gimo con todas mis fuerzas, de todos modos, no hay nadie que pueda escucharnos.
Mi jefe no para de atragantarse con mi pene, al parecer no es la primera vez que lo hace ya que está me dando una increíble mamada.
Trato de aguantar lo que puedo para no venirme, pero ya es imposible. Dejó caer toda la carga en la boca. Durante unos segundos sentí la mejor satisfacción de mi vida, pero luego caí en cuenta de que mi jefe se acaba de tragar mi esperma.
Él se levantó como si nada, tomó una hoja del escritorio y se limpió los restos que tenía en sus labios.
─Ordena esto, es un desastre como tienes tu escritorio ─y regresó a ser el viejo gruñón de siempre.
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