El hijo de mi jefe - Día del cambio

Revise una última vez el pasillo para checar que nadie nos había seguido, coloqué el letrero de no molestar y cerré la puerta. Acostado en la cama estaba otro chico esperando que me acercara a él.

─Te dije que nadie nos esta siguiendo ─dijo el chico levantándose de la cama y acercándose a Luis. 

─Lo sé, solo tomo mis precauciones, ¿sabes de quien es este cuerpo?

─Del hijo de tu jefe.

─Exacto, es algo desconfiado así que no me sorprendería que mandara a alguien a cuidar que no haga nada malo con su cuerpo.

─¿Estamos haciendo algo malo? Hasta donde se somos dos chicos de la misma edad queriendo tener sexo. 

Luis se acerco y le dio un beso.

─Me gusta que la recepcionista del motel nos viera con normalidad Sebas.

─Lo sé, me excita saber que mi novio de casi 40 esta en ese cuerpo de 21 años. 


Sebas me quito la camisa dejando al aire el increíble cuerpo que tenia ahora, se notaba que este chico se ejercitaba seguido. Sebas paso sus labios alrededor de todo mi cuello, deje que lo hiciera ya que me estaba comenzando a excitar, no me había sentido así desde hace años, sin dudas este cuerpo es el culpable de que me sienta joven de nuevo.
Aleje a Sebas un momento para quitarle la camisa, me acerque a su abdomen por el cual pase mi lengua y cada vez que esta cerca de los pezones escuchaba como soltaba un pequeño gemido.
─La estamos haciendo mucho de emoción, muéstrame a tu nuevo amigo.


Sebas me quito el short que tenia puesto y dejo libre mi pene, él lo miro durante un momento antes de metérselo por completo en la boca. En el momento que lo hizo sentí un escalofrío por todo mi cuerpo, el pene de este chico aún era muy sensible con cada chupada que daba mis recuerdos de cuando tenía esta edad regresaban. Después de un rato Sebas se levanto, se bajo su short y metió su pene en mi boca, él se estaba moviendo de un lado a otro mientras que yo solo estaba recibiendo su pene cada vez más profundo en mi garganta. De repente pare, me levante son fuerza y lo empuje hacia la cama. 

─Ya te la sabes ─dije seguro. 

Él sonrió mientras negaba con la cabeza.

─Esta vez no.

Sebas me tomo de los hombros me tiro a la cama y él dio una vuelta quedando encima de mi. 

─Esta vez no tienes ese pene que tanto me gusta. 

─Es justo ─dije mientras me levantaba y me colocaba. 

Se acerco lentamente a mi trasero y fue metiendo su pene poco a poco, en ese momento tenia una sensación entre dolor y placer, cuando apenas me estaba terminando de acostumbrar arrancó sin piedad a moverse. Me perdí por completo en esa sensación… así que, así se siente ser el pasivo. Sebas siguió metiéndola y sacándola mientras yo solo disfrutaba de esta sensación por primera vez, una sensación que este cuerpo estaba disfrutando demasiado.

─¡Me vengo! ─lo escuché.

─¡Espera hazlo afuera!

Lo grité muy tarde ya que sentí como mi trasero se ponía caliente… y para ser sincero, me agrado.


Después de que los dos termináramos, me puse de nuevo mi ropa, mire como Sebas aún estaba alucinado por que por fin me cogió. Se acerco a mi, toco mi entrepierna y me dio un beso se despedida.

─Mañana quiero otro round, pero que esta vez sea en la casa del niño rico.

─Como gustes ─dije mientras apretaba su entrepierna con fuerza─ pero esta vez me toca ser de nuevo el dominante. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Buscando chamba

Poseedor - El chico del gimnasio

Entre roomies pt2