No quería venir de vacaciones Pt3
Después
de un día en la universidad por fin regrese al departamento y lo único que
quería hacer era tirarme en el sillón, pero creo que no se va a ser posible
todo sigue sucio, me molesta bastante eso, tomé un respiro y comencé a limpiar.
Cuando termine de limpiar mi celular sonó y mire que era yo.
─¿Qué paso? ─dije.
─¿Cómo andas? Si fuiste a la universidad.
─Sí,
te hice algunos apuntes, aunque no entendí mucho.
─Hey genial, gracias. Yo me la pase aquí en el hotel, tú amigos casi ni me
hablaron.
─Eso está bien ─dije. Maldito mentiroso ─pensé.
─¿Oye puedes ir al gimnasio por mí?
─ No
me digas que vas al gimnasio.
─ Por
supuesto ese cuerpo no se mantiene solo, en el refrigerador hay una lista de lo que me
toca hacer hoy.
─Ya que, por cierto, se me olvido decirte que no tomes alcohol mientras seas
yo, me da asco.
─No
te preocupes, no he hecho nada de eso, quiero mantener un perfil bajo.
─De
acuerdo, deja ir al gimnasio.
─Sale vato gracias.
Me
levanté del sillón para cambiarme e irme al gimnasio, tomé una camisa de
tirantes y un short.
Cuando llegué no había mucha gente lo cual esta perfecto ya que no me gusta que me miren mientras hago ejercicio. Pensé que me costaría hacer la rutina porque no estoy acostumbrado a hacer ejercicio, pero este cuerpo sí, así que fue fácil. Con cada ejercicio que hacía sentía como los músculos trabajaban, pero lo mejor fue el olor que llego después de entrenar, el sudor combinado con el desodorante me prendió. Decidí ir a las duchas para relajarme un poco.
Trate de no tocar este cuerpo mientras me duchaba, pero fue imposible no tocar el pecho mojado y deslizar mis manos hasta llegar a mi pene que estaba parado. Salí de la ducha y no pude evitar tocar mi pene aún erecto a través de la toalla, casi me la termino jalando allí, pero recordé lo que paso en la mañana con Héctor, me pregunto si de verdad querrá tener sexo conmigo o era solo el momento. Tome mis cosas del casillero y me quede mirando a la camisa que traía para ponerme después de entrenar.
─ Vámonos así, yo creo que ya andarán acostumbrados a ver a este tipo sin camisa.
Efectivamente
así fue, salí hacía la recepción y nadie se me quedo mirando raro de hecho todo
lo contrario algunos me miraban por el increíble cuerpo que tenía.
Mientras
camina por la calle muchas mujeres se me quedaban mirando incluso uno que otro
hombre a ellos les regresaba una mirada, sin duda con este cuerpo puedo obtener
a cualquiera de ellos. Me distraje por un momento porque mi celular vibro,
revise los mensajes y era uno de Héctor.
─Oye wey, tu cuerpo no ha hecho nada raro parece que llego pedo y esta dormido.
─Allí déjalo, no quiero que vaya a hacer otra cosa más.
─
Bueno y hablando de hacer cosas malas… entonces si vamos a coger?
Me
detuve al leer el mensaje, de verdad quería coger conmigo o bueno con este
cuerpo, desde la secundaria había querido hacerlo con Héctor, desde que supe
que era bisexual se lo he insinuado varias veces, pero siempre me rechazaba.
Ahora que tengo la oportunidad no la iba a desperdiciar así que le mande la
ubicación del departamento sin dudarlo.
─Voy para allá grandulón.
Llegue
al departamento y para mi sorpresa Héctor ya estaba esperándome en la puerta e
inmediatamente me miro el pecho, trago saliva y me saludo con la cabeza, yo
hice lo mismo. Ambos entramos al departamento y Héctor le dio un vistazo
rápido.
─Allí está el baño por si quieres prepararte ─dije.
Apenas
termine de hablar Héctor se fue contra mí, me comenzó a besar mientras tocaba
mi pecho.
─Nada más provocando eh, con ese pecho peludo al aire.
Continúo
besándome, yo toqué su abdomen, espalda y finalmente su trasero, no pude
resistirme a apretarlo con toda mi fuerza, él soltó un gran gemido lo que provocó
que mi pene se pusiera duro de golpe. Nos acercamos poco a poco hasta el sofá.
─
Déjame… cambiarlo… a cama.
─
Así déjalo… el sexo en el sillón es mejor.
Me senté en el sillón y Héctor se sentó sobre mí para seguirnos besando mientras tocaba mi pecho. Mis manos pasaban de su cabello a su espalda de manera consecutiva. Héctor se alejó de mí y de nuevo me quito el short y el bóxer con fuerza, tomó mi pene y sin dudarlo lo puso en su boca. Yo solo inhalaba y exhalaba aire del placer que estaba sintiendo, verlo chupándomela hizo que mis fantasías de la secundaria por fin se cumplieran, que no esté en mi cuerpo no me quita este momento, de hecho, lo hace mejor.
Héctor
se levantó y me beso mientras me masturbaba con su otra mano. Yo también moví
mis manos, una en el pecho y otra en el bulto que tenía en la entrepierna. Aún
no me creo que lo esté tocando, tanto tiempo viéndolo desde lejos y ahora
lo tengo en mis manos.
Empuje
a Héctor y con un movimiento lo hice girar hasta que se sentó en el sillón y
con toda la fuerza de este cuerpo le bajé el short y su ropa interior, de tanta
fuerza el cinto que sostenía el short se terminó por romper. El pene de Héctor
era tan enorme como siempre había imaginado y sin perder el tiempo me lo metí
en la boca. Con cada chupada que daba sentía como este cuerpo se ponía más
relajado y más caliente. Héctor no dejaba de gemir fuerte.
─¡Oh Dios si! ¡Vamos grandulón! ¡Atáscate!
Continué
disfrutando cada momento de tener ese pene en mi boca y también ver a Héctor
totalmente excitado me prendía. Por mi cabeza paso una idea que jamás
habría pensado. Pare de chuparle, me pare y con mi voz gruesa.
─Muéstrame el culo.
Héctor
se quedó impresionado un momento al ver al hombre tan dominante que tenía
frente a él y sin decir nada puso sus pies y manos en el sillón.
─No te contengas.
Pase mi pene por ese trasero por un momento, Héctor ya la estaba sintiendo. Fui metiéndolo poco a poco, los gritos de Héctor me decían que lo estaba haciendo bien, cuando estaba completamente adentro comencé a moverme lentamente. Podía ver el pene de Héctor completamente duro sin duda era un monstruo. Poco a poco fui aumentando la velocidad, este cuerpo lo hacía tan natural no me extraña la verdad.
Vi a
Héctor tocando su enorme pene, quise aumentar esa imagen así que toqué mis
pezones, el placer en ese momento era el más grande de mi vida.
─Creo que me vengo ─dije.
─Hazlo adentro ¡sin miedo!
Me
moví lo más rápido que podía hasta que sentí el placer de venirme sobre el culo
de Héctor. Él también gimió, no se si del dolor o del placer. Lo saque poco a
poco y me deje caer sobre el sofá. Héctor se levanto y se puse enfrente de mí y
con su voz gruesa me dijo.
─Mi
turno.
Héctor
me tiro al sofá me levante y me acomode. Héctor no tuve piedad y la metió de
golpe, yo solo grité entre una sensación de dolor y placer.
─Oye más cuidado creo que es la primera vez que profanan este cuerpo.
─Así es mejor ─se acerco a mi oído.
Héctor
se movía tan bien que apenas iniciar todos mis sentidos se concentraron en mi
trasero. El tamaño de su pene no fue un inconveniente en este cuerpo, hasta
parecía que era el lugar adecuado para el tamaño.
Yo
no dejaba de sentir el pene de Héctor dentro de mí, ni en todas mis fantasías
había pensado que esto llegara a pasar. La voz de Héctor me hizo regresar a la
realidad.
─¡Me vengo!
De
un momento a otro mi culo se lleno de su semen, no pude evitar soltar un
gemido fuerte con la voz de este cuerpo, Héctor también dio uno en el ultimo
momento, escuchar las dos voces gruesas fueron el mejor cierre.
Ambos
nos sentamos en el sofá completamente desnudos mientras nos veíamos fijamente.
─No
te puedes quedar con ese cuerpo.
─Me
encantaría, pero habría muchos problemas si me lo quedo.
─Bueno sin dudas estas vacaciones fueron las mejores.
Después
de un rato ya estábamos con ropa de nuevo, aún me dolía el culo y lo más seguro
es que me duela hasta mañana. Héctor ya estaba listo para irse.
─Entonces, entretienes a los demás en lo que nos cambian.
─Si, tú no te preocupes, ya pensare en algo para tenerlos aquí hasta en la
tarde.
─De
acuerdo… no le vayas a decir que cogimos.
─Por supuesto que no, si regresa a su cuerpo a ambos nos va a dar una putiza.
Asentí
y él abrió la puerta.
─
Una ultima vez.
Héctor
se acerco a mi y me dio un último beso.
─
Fue un placer grandulón ─me guiño el ojo y cerró la puerta.
Deje
salir mi aliento, me recargue sobre la puerta y caía hasta el suelo.
─Maldita sea, quiero coger más con él.
Comentarios
Publicar un comentario