No quería venir de vacaciones Pt1
La
verdad no quería venir de vacaciones simplemente dije que sí
por la presión social del momento, pero ya que, estoy en la playa
y hay que disfrutarla igual estoy con mis amigos así que puedo intentar ligarme
a un vato o por lo menos coger. Había muchos en buena forma, pero parece que todos son bien prepotentes, acabo de ver como un vato trataba mal a una chica, nada más tiene esa actitud porque tiene
un buen cuerpo y esta guapo, si fuera él no sería así y trataría de usar mejor
ese cuerpo que solo humillar a la gente.
Después de cenar mis amigos y yo salimos a dar una vuelta por la ciudad, mis amigos decidieron entrar a un antro, yo les dije que mejor los esperaba en el hotel, ellos buena onda me dijeron que no había problema. Cuando regresaba vi una tienda que llamo mi atención, “Recuerdos para no olvidar”, ese nombre me hizo entrar en la tienda. Esperaba que fuera una tienda de recuerdos o algo así, pero me lleve una sorpresa cuando vi que era más una tienda de brujería que otra cosa, quería salir de la tienda, pero soy muy penoso para salir con las manos vacías así que comencé a buscar una cosa barata. La señora que atendía me echo un vistazo rápido antes de volver a su celular. Después de un momento alguien más entro en la tienda haciendo un escándalo, inevitablemente mire para encontrarme con el vato prepotente de la playa, entró sin camisa dejando ver su pecho peludo y con unos shorts marrón que dejaba ver sus piernas definidas. El vato entró furioso a la tienda y fue directo con la tendera.
─
¡Hey bruja lo que me diste no funciono!
La
tendera dejo su celular a un lado y lo miro.
─
Chico especifica tengo muchos clientes al día.
El
vato sacó de su short una piedra preciosa de color verde, parecía una
esmeralda.
─
¡Me dijiste que esto me serviría para…!
El
vato se detuvo cuando me vio y se acercó al oído de la tendera.
─
Pues para eso es, no sé qué hiciste mal solo tenías que tocar a la otra persona
con la piedra.
─
Eso hice y no funciono.
La
tendera tomó la piedra y paso por una cortina hacia la parte trasera de
la tienda. Yo seguí buscando la cosa más barata que pudiera, pero mientras más
buscaba más turbio se ponían las cosas así que me acerqué al mostrador. Después de un rato la tendera apareció de nuevo.
─ No
veo nada malo, el hechizo está cargado en la piedra.
─
Pero no funciono.
─
Chico no estoy segura de sí lo hiciste bien.
─
Mira así lo hice, hey tú ─me miro─ ven aquí porfa.
Me
puse nervioso y me acerqué a él.
─Mira,
ve como no funciona.
El
vato tomó mi mano y puso la piedra sobre la palma, casi de inmediato
la piedra soltó un brillo verde que me dejo sin vista unos segundos, cuando la
recupere mire mi cuerpo y mi camisa había desaparecido.
─
Que mierda ─dije.
─
¡Por el amor de Dios ahora sí funciono!
Levante
mi cabeza para ver al otro vato enojado de nuevo o mejor dicho verme a mí
enojado.
─
¡Qué está pasando! ¿Por qué me estoy viendo?
─
Ves como si funciona ─la tendera interrumpió.
─
Bien, quizás no la supe utilizar, carga la piedra de nuevo para volver a la
normalidad.
─ Uy
chico yo no me encargo de eso.
─
¿Qué quieres decir?
─ Yo
atiendo el local, mi hermana es la que hace que todas esas cosas funcionen.
─
Entonces dile que la cargue.
─ Está
de viaje, no regresa hasta la próxima semana.
─
¡La próxima semana! ─interrumpí─ yo me voy pasado mañana estoy de
vacaciones.
─ Él
tiene razón no puedo quedarme en este cuerpo.
La
tendera se limitó a encogerse de hombros.
─
Voy a llamar a mi hermana para ver si puede regresar más pronto, vuelvan mañana
y les digo.
─
¡Oiga espere no puede decirnos eso! ¡Deme mi dinero de vuelta!
La
tendera frunció el ceño y apunto hacia la puerta.
─
¡Largo!
Ambos
salimos del local y caminos hasta llegar a una banca.
─
Esto debe ser una broma ─dije.
─
Dímelo a mí, no pensaba terminar en el cuerpo de un turista.
─
¿Eres de aquí?
─
Si, vivo a unas calles.
─ Mi
hotel tampoco está lejos, debo decirles a mis amigos lo que me paso.
─
¡Espera no le podemos decir a nadie de esto!
─
¿Por qué? Mis amigos no tardan en llegar al hotel y se supone que debo estar
allí, se van a sacar de onda cuando me vean así.
─
Por eso nadie debe saber, escucha tú ve a mi departamento y yo iré a tu hotel
así tus amigos no sospecharan nada.
No
me convence esto de tomar el lugar del otro, literal es un vato cualquiera que
conocí hoy no conozco nada de él ni él de mí. Pero parece que no tenemos
opción, si mis amigos se enteran no dejaran de molestarme, aunque con este
cuerpo podría darles un buen golpe a cada uno.
─ De
acuerdo, en el bolsillo de mi pantalón esta la llave de mi cuarto, solo entra y
no hables con nadie al menos que te lo pidan.
─
Bien, bien, la llave de mi departamento está en el short. Pásame tú número para
hablarnos.
Después
de pasarle mi número y que él me dijera en donde está su departamento me dirigí
hasta allí. En el camino mucha gente se me quedaba mirando raro porque no traía
camisa, cuando notaba que alguien me miraba trataba de taparme con mis manos,
no puedo creer que este vato salga a la calle así.
Apenas
ubique el número del departamento me apresure en entrar y olvidarme de la pena
que pase hace un momento. Su departamento no estaba grande parecía el de un
estudiante, había ropa tirada por todos lados, la cocina olía mal, el sofá se
podía convertir en cama y al parecer utilizaba este para comer ya que una mesa
con platos sucios estaba adelante. Pase al baño y para mi sorpresa este estaba limpio.
El baño no era muy grande apenas podía caminar con este cuerpo gigante, me detuve enfrente del espejo. Me quede mirando el reflejo y lo que más me llamaba la atención es su pecho tapado por una alfombra de pelo, también su barba que me pica mucho, nunca había tenido una. Toqué mi abdomen y sentí como los músculos se marcaban, con la otra mano toqué mi pecho el cual lo sentía uniforme o mejor dicho cuadrado, este vato se mantiene en forma muy bien. Flexione ambos brazos y los músculos se tensaron al instante.
Mire
mis piernas estaban muy anchas, las flexione y cada musculo se marcó. Fue
entonces cuando miré mi entrepierna, mi mano temblaba apenas se acercaba, la
toque suavemente y al instante vi como un bulto se hacía más grande.
─ ¿Está
bien que haga esto? ¿Y si se entera?... A ver, él está en tu cuerpo y quien
sabe que va a hacer con él, además no creo que se dé cuenta por una jalada.
Me
mire al espejo un momento, el bulto en mi entrepierna era demasiado grande.
─ ¡Qué más da!
Me
quite el short, tenía puesto unos boxers diminutos, no puedo creer que
anduve con eso todo el rato, la tengo parada y apenas se puede contener allí
dentro no quiero ni imaginar si se me hubiera parado mientras caminaba.
Baje
los calzones para liberar el pene, la verdad si me decepciono un poco no era
muy grande, pero tampoco muy chica, estaba normal, pero no importa, con este
cuerpo ya sería demasiado bueno tener una poya gigante. Sin esperar más comencé
a jalármela, con la otra mano tocaba el pecho peludo, pasaba cerca de los
pezones y sentía un poco de placer, yo no tengo pezones sensibles, pero al
parecer este vato si y se siente tan genial. Toque mis pezones alocadamente, mi
pene estaba completamente parado lo que hacía que se sintiera aún mejor. Me
mire en el espejo y la imagen de ver a este grandulón masturbarse provoco
que me excitara más.
─
¡Si grandulón masturbaste más fuerte! ¡Dame más placer!
De
repente sentí las ganas de venirme, tocar los pezones aceleró mucho esto, pero
no puedo evitar tocarlos se siente tan bien. Antes de venirme toqué mis bolas,
lo mismo que hacía con mi otro cuerpo, el placer que sentí en ese momento no se
comparaba nada con el mío, este se sintió mejor. Mi semen mancho toda el espejo y
parte del piso.
Continué
un rato mirando mi cuerpo mientras mi pene se bajaba, ver el cuerpo de este
vato peludo en el espejo manchado de semen mientras tenía una cara de cansancio
por la masturbación fue la mejor imagen que puede a ver visto estas vacaciones.
─
Como me alegro de haber venido.
Cuando
se me bajo la calentura limpie el baño y me fui a acostar al sofá, le mande un
mensaje al vato para ver si ya habían llegado mis amigos y al parecer sí porque
mando una foto de dos de ellos tirados en la cama, lo más probable es que
estuvieran borrachos.
Al
día siguiente me desperté por el sonido de una llamada entrante.
─
Bueno ─dije adormilado.
─
Buenos días, no se te olvide que hoy tenemos que ir a hablar con la bruja.
Tarde
un momento en acomodar las cosas en mi cabeza, me mire un momento. Es verdad
que estoy atrapado en este cuerpo. Me senté en la cama.
─
¿Dónde te veo?
─ En
la banca donde estuvimos ayer.
─
Sale te veo allá.
Busque en su armario ropa que ponerme, lo único que tenía este eran camisas de tirantes de diferentes tipos y solo tenía dos pantalones arrumbados en el fondo todo lo demás eran shorts. Seguí buscando en las camisas hasta que encontré una camisa de cuadros, estaba completamente nueva al parecer solo la compro y jamás la utilizo, tome esa camisa y un par de pantalones de mezclilla.
Entre
al baño de nuevo para peinarme un poco, su cabello es fácil de manejar así que
me lo acomodé a como lo tenía ayer que lo vi en la tienda, me sacudí un poco la
camisa y no pude evitar ver lo bien que me veía.
─
Este vato se ve bien vestido así, no sé por qué le gusta ir mostrando el
pecho.
Tome
las llaves y mi celular antes de salir del departamento.
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